CAMBIOS EN EL pH DEL PERFIL DE UN SUELO ÁCIDO CULTIVADO Y ENMENDADO CON DIVERSOS MATERIALES PARA INCREMENTAR SU FERTILIDAD

P. González-Fernández1, R. Ordóñez-Fernández1, R. Espejo-Serrano2 y F. Peregrini-Alonso2

1 C.I.F.A. “Alameda del Obispo”. Apartado 3092, 14080 Córdoba. pedro.gonzalez.fernández@juntadeandalucia.es
2 E.T.S.I.Agrónomos. Univ. Politécnica. Ciudad Universitaria. 28040 Madrid.



RESUMEN. En un suelo ácido y muy alterado (Plinthic Palexerult) representativo de los suelos de raña del SurOeste de la Península Ibérica se han aplicado seis enmiendas distintas con el fin de incrementar su fertilidad natural. Como índice de la efectividad de las medidas correctoras aplicadas al suelo y de su evolución durante 1973 días se ha utilizado la medida de la actividad de los protones en unas suspensiones 1:2,5 suelo/agua. Como productos enmendantes se utilizaron: espumas de azucarería, caliza magnesiana y yeso. Todos los enmendantes, excepto el yeso cuando se aplica de forma aislada, incrementan el pH.
  El máximo efecto de los encalantes se produce, en estas condiciones, a los 857 días después de su aplicación (dde). A partir de dicha fecha comienza un paulatino descenso, estimado en una primera aproximación en 0.3 unidades al año. Los efectos de la caliza magnesiana y de las espumas perduran al cabo de los 1973 días, siendo detectables los incrementos del pH causados en el epipedion y en el horizonte AB. En el horizonte mas profundo (Bt), los resultados indican que solo el tratamiento con yeso alteró el pH; disminuyendolo significativamente hasta el muestreo del día 857. El yeso por su mayor solubilidad tiene unos efectos aparentemente mas efímeros pero más profundos; tal como se esperaba.
  El suelo natural, sin enmiendas, sometido a un cultivo continuo con abonados NPK, sin aporte alguno de Ca o Mg, apenas disminuye su pH a pesar de que a lo largo del periodo en estudio ha recibido 647 kg/ha de N en forma de fertilizantes nitrogenados inorgánicos, de los cuales un 50 % estaban en forma amónica. El efecto acidificante de estos abonos se contrarresta en gran medida con un mayor aporte de bases y materia orgánica procedentes de la mayor biomasa producida. Al cabo del periodo estudiado se ha producido un descenso en el pH del horizonte Ap evaluado en 0.54 unidades menor que el medido fuera del campo de ensayo en terrenos de pastos no alterados. El rango de variación de su pH oscilaba 1,29 unidades, con un Coeficiente de Variación del 8.8 %. Oscilación sólo igualada o superada por los cambios en los pH medios de las parcelas tratadas con caliza magnesiana (1,5 unidades). Los valores mas estables se presentan en el tratamiento con espumas de azucarería.
   La medición del pH en los suelos de raña constituye una eficaz herramienta para evaluar y mantener las mejoras en la fertilidad de los suelos conseguidas con las enmiendas.

ABSTRACT. In an acid, highly meteorized soil (Plinthic Palexerult) representative of the “raña” soils in the south west of the Iberian Peninsula, six different amendments were assayed in order to increase its natural fertility. As an index of the effectiveness of the corrective measures applied to the soil and to their evolution during 1973 days, the measurement of the proton activity in suspensions of 1:2.5 soil/water was used. Foam from sugar refineries, dolomite, gypsum, and dolomitic residues from converters were employed as amending products. All the amendments, except for gypsum when applied alone, increased the pH.
  The maximum effect of the liming materials was produced, under these conditions, at 857 days after their application (dde). From that day on, a slow decrease began, estimated in a first approximation to be 0.3 units per year. The effects of the dolomites and the foam lasted until the end of 1973 days, the increases in the pH caused being detectable in the epipedon and in the AB horizon. In the deepest horizon (Bt1), the results indicate that only the treatment with gypsum altered the pH, which significantly diminished up to the sampling on day 857. As was expected, the gypsum, due to its greater solubility, had apparently ephemeral effects, but these were deeper.
  The natural non-amended soil, subjected to continuous cultivation with NPK fertilizers with no addition of any Ca or Mg, scarcely reduced its pH in spite of having received, throughout the study, 647 kg/ha of N in the form of inorganic nitrogenous fertilizers (50% of which were ammonium forms). The acidifying effect of these fertilizers was counteracted to a great extent by a greater contribution from bases and organic matter coming from the larger biomass produced. At the end of the studied period a lesser decrease occurred in the pH of the Ap horizon evaluated in 0.54 units than that measured outside the assay field in non modified pastureland. The range of its pH varied at 1.29 units, with a variation coefficient of 8.8%. A variation only equalled or exceeded by the changes in the mean pH of the plots treated with dolomites (1.5 units). The most stable values were shown in the treatment with sugar refinery foam.    
  The measurement of the pH in raña soils constitutes an effective tool to evaluate and maintain the improvements in the soils achieved by amendments.